Cuando el ser humano siente dolor en alguna parte de su cuerpo lleva sus manos hacia aquella región con el fin de proporcionarse alivio. En esta reacción instintiva podemos ubicar el origen de la práctica del masaje. Sin duda, una de las terapias físicas más ancestrales empleadas en las diversas civilizaciones para calmar el dolor, pero también para procurar relajación y bienestar a sus integrantes a través de frotaciones, amasamientos, presiones y estiramientos de las cadenas musculares.